Ciencia: ¿Más planetas sin estrella en el universo que estrellas sin planetas?

En 2011, unos astrónomos anunciaron que nuestra galaxia alberga una cantidad colosal de planetas que no están en órbita a ninguna estrella. De hecho, estos mundos solitarios, que flotan en el espacio interestelar sin la compañía de soles anfitriones ni de planetas compañeros, podrían superar en número a las estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. El sorprendente descubrimiento planteó las siguientes preguntas: ¿De dónde proceden estos objetos? ¿Son planetas propiamente dichos que fueron expulsados de sus sistemas solares, o son mayormente enanas marrones que se formaron en solitario en el espacio?

 

Las enanas marrones son cuerpos cuya masa es demasiado pequeña para que puedan convertirse en estrellas, pero demasiado grande para que se les pueda considerar planetas tal como los entendemos.

 

Un nuevo estudio, realizado por el equipo de Adam Schneider, de la Universidad de Toledo en Ohio, y Davy Kirkpatrick, de la NASA, ambas entidades en Estados Unidos, y en el que se han usado datos obtenidos por la misión espacial WISE de la NASA, así como por el rastreo 2MASS, proporciona nuevas pistas en este misterio de proporciones galácticas. Los científicos han identificado un objeto de masa subestelar dentro de una familia de jóvenes estrellas, llamada asociación TW Hydrae, y sin estar en órbita a ninguna de ellas. Se estima que el objeto recién encontrado, denominado WISEA J114724.10-204021.3, o solo WISEA 1147 para abreviar, tiene una masa de entre 5 y 10 veces la de Júpiter.

 

WISEA 1147 es, de entre los astros con masa subestelar que no están en órbita a ninguna estrella, uno de los pocos sobre los que los astrónomos pueden empezar a señalar su probable origen como una enana marrón formada como si fuese una estrella más de un grupo estelar, y no como un planeta formado en órbita a una estrella y expulsado posteriormente de su sistema solar.

 

Dado que se encontró que el objeto forma parte de la familia TW Hydrae de estrellas muy jóvenes, los astrónomos saben que es también muy joven, con solo unos 10 millones de años de edad. Y dado que los planetas precisan de al menos 10 millones de años para formarse, y quizá más para ser expulsados de un sistema solar, WISEA 1147 encaja mejor en el perfil típico de una enana marrón. El proceso de formación de estos objetos es esencialmente el mismo que el de las estrellas, con la diferencia de que las enanas marrones carecen de la masa necesaria para completar el siguiente paso en la evolución estelar y comenzar a fusionar de manera continuada átomos en sus núcleos, brillando así con luz estelar.

Con una vigilancia continuada, tal vez se conseguirá reconstruir la historia de WISEA 1147 para confirmar o desmentir que se formó de manera aislada en vez de como planeta en órbita a una estrella.

 

De los miles de millones de mundos sin estrella que se cree pueblan la galaxia, algunos quizá sean enanas marrones de muy baja masa, mientras que otros podrían ser realmente planetas genuinos, expulsados de sistemas solares. En este momento, la proporción de cada una de estas dos poblaciones sigue siendo desconocida. Averiguar los orígenes de estos mundos sin estrella y determinar si son planetas o bien enanas marrones, es una tarea difícil, precisamente porque están tan aislados.

 

Tal como destaca Kirkpatrick, estamos en el amanecer de lo que se convertirá en un campo muy activo de la astronomía: buscar objetos de masa subestelar que no estén en órbita a ninguna estrella. A medida que crezca el catálogo de tales astros sin estrella, se podrán hacer estimaciones más fiables de la abundancia de cada uno de los dos tipos en el universo.

 

La asociación TW Hydrae se halla a unos 150 años-luz de la Tierra y solo tiene, como hemos dicho, unos 10 millones de años. Eso convierte a WISEA 1147, con su masa de 5 a 10 veces la de Júpiter, en una de las enanas marrones más jóvenes y de menor masa encontradas hasta ahora.