Tecnología: ¿Hacia los ordenadores orgánicos?
El equipo internacional de Dmitry Ivanov, de la Universidad Estatal de Lomonosov en Moscú, Rusia, ha encontrado que un derivado de un radialeno, conocido por la ciencia desde hace casi 30 años, puede usarse para crear semiconductores orgánicos. Los autores del hallazgo creen que el logro contribuirá mucho al desarrollo de la electrónica orgánica y, en particular, a la fabricación de diodos orgánicos emisores de luz (OLEDs) y nuevas clases de células solares orgánicas.
La electrónica orgánica o “plástica” es un campo científico relativamente joven, que apareció hace cerca de 20 años. Su objetivo es el desarrollo de dispositivos electrónicos basados en materiales orgánicos. Los dispositivos de este tipo son aún inferiores a la electrónica estándar basada en el silicio en cuanto a rendimiento, y también son menos duraderos. Pero también poseen ya algunas ventajas (ligereza, delgadez, flexibilidad, transparencia y, sobre todo, un coste mucho más barato que el de los aparatos hechos a base de silicio). Las aplicaciones principales de la electrónica orgánica incluyen a las células solares, que serán mucho más baratas que las basadas en el silicio. El alto coste es una de las razones que evita que estas últimas cubran de manera sistemática toda área grande disponible y por tanto impide que se aproveche mejor la energía del Sol.
Los experimentos con el derivado de un radialeno, confirmados también por los resultados de cálculos cuántico-químicos, muestran que la sustancia está bien mezclada con un polímero semiconductor y que permite incrementar la conductividad eléctrica de este en decenas y hasta cientos de veces.