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Esta semana conmocionó al mundo la noticia de la caída del avión que transportaba al equipo brasilero Chapecoense y surgieron nuevamente las estadísticas sobre los accidentes aéreos y la seguridad. Un especialista de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en Argentina, explica qué dicen las probabilidades sobre el transporte catalogado como el más seguro de todos.

Según Roberto Meyer, titular de Estadística de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UNL, la idea de que los aviones son el tipo de movilidad más seguro se fundamenta en lo que se conoce como “cálculo accidentológico por tipo de medio de transporte”, que se realiza sobre la base de varios factores: “Los más sobresalientes son la cantidad de accidentes por distancia recorrida, cantidad total de transportes, cantidad de pasajeros transportados total y accidentes en ruta, es decir, una vez que se comienza el viaje. De acuerdo con esas variables de referencia el transporte aéreo resulta en menor proporción de accidentes. Lo que no dice este indicador -se trata de un indicador y como tal es una reducción de la complejidad del fenómeno que intenta describir- es que cada vez que se produce un accidente aéreo la cantidad de víctimas suele ser marcadamente mayor que, por ejemplo, un accidente vial de un bus, por citar un medio de transporte masivo”, explicó.

En todo este asunto interviene la probabilidad que, según Meyer, es una frecuencia teórica proveniente de un modelo matemático probabilístico. En el caso de los accidentes de aviones se trata de una frecuencia empírica, ya que se basa en los eventos que han ocurrido sobre la cantidad total de eventos posibles, es decir, de accidentes y viajes. “Cuando una frecuencia empírica se interpreta como una probabilidad se debe tener en cuenta que cada uno de los eventos deben ser equiprobables (de igual probabilidad individual) y esta es la clave para comprender algunas situaciones”, comentó.

“Es así puesto que, interpretando ahora lo sucedido, todos los aviones y todas las empresas deberían respetar a rajatabla los procedimientos de aseguramiento de la calidad del vehículo, el avión. No debería haber posibilidad de error humano, no debería haber posibilidad de interacción con otros eventos que puedan afectar la condición del transporte (ataque aéreo por ejemplo), lo cual es prácticamente imposible. Por lo tanto, la realidad es que estas probabilidades difícilmente son las que deban tenerse en cuenta a la hora de viajar, ya que cuando el accidente, sea aéreo o terrestre, se produce es porque ha habido un error humano, una falla mecánica o ha intervenido un factor externo, todas cuestiones que están fuera del protocolo previo”, argumentó Meyer, que también dirige el Observatorio Social de la UNL.

Es por eso que las probabilidades que deberían tenerse en cuenta al momento de analizar los accidentes son las denominadas “probabilidades condicionales o condicionadas”, aclaró. “Es algo así como responderse a la pregunta 'dado que un avión se queda sin combustible por falla humana o mecánica, ¿cuál es la proporción, frecuencia o probabilidad histórica de que se produzca un accidente?'. Si tuviéramos el conocimiento de esa probabilidad, seguramente sería más alta que la probabilidad simple mencionada como referencia”, continuó.

Hace unos años desarrolladores londinenses habían creado una aplicación para celulares que podía estimar las posibilidades de accidente de un avión si se incluían datos como empresa aérea, salida, destino y línea aérea. Según la app, en un vuelo desde Santiago de Compostela a Madrid, por ejemplo, las probabilidades de accidente eran tales que había que tomar el mismo vuelo una vez al día durante 10 mil años para sufrir uno. ¿Quiere decir que si hoy cae un avión, mañana es seguro que no caerá otro? Para Meyer, este es un razonamiento incorrecto.

“No es un razonamiento correcto puesto que las probabilidades simples antes mencionadas nada tienen que ver con las denominadas probabilidades de rachas. Las rachas -secuencia de eventos- son eventos compuestos por una sucesión de resultados de eventos: se cae, no se cae, se cae. Entonces sería un tipo de racha que se podría interpretar como 'hoy se cae un avión, mañana no se cae y pasado se cae otro'. Esta racha tendrá una probabilidad que corresponde a un evento compuesto y no a un evento simple como el que se informa tradicionalmente 'probabilidad de que hoy caiga un avión'”, aseveró.

En este sentido, el especialista aclaró que el hecho de que haya una probabilidad en 10 mil vuelos de que un avión caiga sólo nos indica una frecuencia y no cuándo se dará el evento de interés (en el primer vuelo, el segundo o en el milésimo). “Es simplemente una proporción. Podría suceder que la semana que viene se produzcan cinco eventos (accidentes) y luego no se produzca ninguno en los próximos 30 millones de viajes, por citar un número, pero aún así la proporción sería 1/10 mil. Esta característica de los fenómenos aleatorios se denomina 'regularidad estadística' y significa que cuanto más se repita el proceso aleatorio, más cercana estará la frecuencia de resultados de eventos de interés a ese número entre cero y uno que denominamos probabilidad o frecuencia teórica”, finalizó. (Fuente: UNL/DICYT)